"Un fantasma recorre Europa", así comenzaba el Manifiesto Comunista de Marx y Engels, texto de intervención política escrito en 1848 que ha pasado a la historia como una de las obras cumbre del pensamientopolítico-filosófico. Pero, ¿quién es es hoy, en nuestro mundo globalizado, el fantasma, la sombra, que quiere ser y pensar la alternativa al capitalismo? La emergencia de los nuevos movimientos sociales que se han extendido por todos los continentes desde 2011 nos da la respuesta: el pueblo, los indignados, el 99%... diferentes maneras de denominar a esas mayorías sociales a las que el capital expropia de forma permanente.
No cabe duda de que la crisis sistémica a la que nos ha arrastrado el capitalismo financiarizado, y los políticas neoliberales a su servicio, han despertado un clamor sin precedentes: de norte a sur, y de este a oeste, la gente está perdiendo el miedo y empieza a señalar a los culpables.
Pero el capitalismo está lejos de sentirse tan amenazado como para tener que renegociar su supervivencia (tal y como sucedió en los años 30), antes al contrario, amenaza con quitárnoslo todo. Ciertamente, Monsiuer le Capital es consciente de que sólo puede sobrevivir a base de expropiar lo común y de hacerlo cada vez más rápido. Por eso, necesita dar por clausurado el pacto social de posguerra, y mercantilizar de una vez por todas la educación, la sanidad o la fuerza de trabajo.
Es en este contexto donde el actual gobierno ha aprobado la Reforma Laboral más dañina, hasta la fecha, contra los derechos de los y las trabajadoras, desmontando casi por completo el actual sistema de relaciones laborales e instaurando el despido casi gratuito. En efecto, esta reforma, confeccionada a la medida de la CEOE, rebaja la indemnización por despido en la mayoría de los casos a 20 días por año trabajado en lugar de los 45 actuales, para lo cual las empresas solo tendrán que alegar una disminución de ingresos durante 9 meses, y con un máximo de 24 mensualidades, frente a las que existían hasta ahora. Este abaratamiento del despido afectará del mismo modo tanto a los nuevos contratos como a los que ya estuvieran en vigor. Con esta reforma, los Expedientes de Regulación de Empleo (ERE) ya no necesitarán la aprobación de la Autoridad Laboral, lo que implicará más despidos colectivos con la indemnización mínima. Además, los convenios colectivos que sean denunciados por las empresas sólo mantendrán su validez durante dos años; transcurrido ese tiempo, la empresa podrá fijar las condiciones de trabajo que estime oportunas. Por si fuera poco, los parados y paradas que reciban la prestación de desempleo podrán ser obligados a realizar "servicios a la comunidad" para poder cobrar dicha prestación, lo que provocará más despidos en las administraciones públicas. Ante dicho ataque, apoyamos a convocatoria de Huelga General del próximo 29 de marzo y hacemos un llamamiento para participar en los piquetes ciudadanos, demostrando nuestro compromiso y solidaridad con la lucha.
La construcción de una nueva soberanía a través del empoderamiento ciudadano y de la ruptura de fronteras para localizar en el mercado global al nuevo poder opresor es una tarea desde luego ingente. Y un paso necesario es sin lugara dudas posicionarse en contra de esta reforma laboral de manera activa hasta su derogación y, por tanto, unirse a la huelga general convocada este 29 de Marzo. En este sentido instamos a todos los colectivos y a toda la ciudadanía, no sólo a los miembros de la comunidad universitaria (profesores y alumnos de enseñanzas medias, trabajadores, autónomos, parados, funcionarios, jóvenes sin futuro, etc) a sumarse a esta jornada de protesta y paralización de la actividad del país.
La exigencia de una alternativa al neoliberalismo mundial que camine más allá de una "democracia" en descrédito y anquilosada por la dinámica del capitalismo globlal para regenerarla, une a millones de voces de diferentes países: por una parte los gobiernos de los Estados-nación europeos pierden su soberanía y por tanto su legitimidad inscrita en democracias territorialmente demarcadas al hacerse dependientes de las decisiones de los diferentes dispositivos empoderados del capitalismo globalizado; por otra comienza a surgir una nueva soberanía global a través de la reflexión y la acción colectivas que quiere reapropiarse de lo que le ha sido arrebatado y otorgarle una nueva forma a la altura de nuestra época. Pero el capital sigue su particular "lucha de clases por arriba", convencido de que puede doblegar a toda la humanidad para que la rueda de ratón siga girando deprisa atacando ejes como la educación, vivienda, sanidad o el trabajo. En este caso, esta precarización extrema del mundo laboral para el trabajador viene a profundizar en una desigualdad de base (y clase), en este caso la que se produce entre empresario (que posee los medios de producción y el mando sobre el trabajo) y trabajador (que sólo cuenta con su fuerza de trabajo), una desigualdad contra la que se crearon los derechos laborales que hoy son anulados por el actual decreto ley que impone esta reforma laboral. Son muchas las escuelas filosóficas que nos han enseñado a ejercer la crítica activa hacia el presente para mejorarlo, es un bagaje cultural con el que todos contamos. En este sentido podemos recordar a Walter Benjamin, inscrito en la Escuela de Frankfurt, judío huido del totalitarismo nazi y crítico feroz del capitalismo de su época, cuando teorizaba acerca delsupuesto progreso de nuestras sociedades levantado siempre sobre los desfavorecidos, las víctimas, las ruinas de nuestra civilización. No dejemos pues que la maquinaria del capitalismo siga avanzando de este modo, no permitamos que hagan de nosotros las nuevas víctimas. Somos el 99%.
Sólo una movilización prolongada y creciente podrá hacer frente a la envergadura de estos ataques. No es momento de pesimismos, ni de resignación. ÚNETE A LOS PIQUETES CIUDADANOS EL 29 DE MARZO ¡LA LUCHA ES EL ÚNICO CAMINO!